Combate a la pandemia debe centrarse en los derechos humanos: seis recomendaciones de la ONU

por | 23 abril 2020

El informe del Secretario General invita a centrar la respuesta al COVID-19 y la construcción del mundo futuro en los derechos humanos solidarios

El retroceso en los derechos humanos por pandemia es inaceptable, afirmó hoy el Secretario General de la ONU, António Guterres, hoy en un discurso, advirtiendo a los gobiernos que usan la crisis como pretexto para adoptar medidas represivas durante la pandemia.

“La amenaza es el virus, no las personas”, dijo. La mejor respuesta es la que protege “al mismo tiempo los derechos humanos y el estado de derecho”, aseveró.

Las respuestas que toman en cuenta y respetan los derechos humanos protegen la vida, la dignidad y dan lugar a mejores resultados en la lucha contra la pandemia, garantizando la atención sanitaria para todos, especialmente para quiénes son los que más sufren.

Pero también preparan el terreno ahora para que nos centremos de nuevo en la creación de sociedades más equitativas y sostenibles, el desarrollo y la paz.

En el informe «Todos estamos juntos en esto»: los derechos humanos y la respuesta y recuperación ante la COVID-19 publicado hoy, el Secretario General resumió estratégicamente en seis puntos la iniciativa de respuesta de la ONU, que sitúa los derechos humanos y las personas en el centro del escenario:

1.     Proteger la vida de las personas es una prioridad; proteger sus medios de vida nos ayuda a hacerlo

 Debemos abordar el impacto económico y social al mismo tiempo que la respuesta a la salud pública

“Todos estamos juntos en esto”. La prioridad es salvar vidas, y para ello, el acceso universal a la atención sanitaria es imperativo. Pero la crisis sanitaria ha desencadenado una crisis económica y social que está golpeando duramente a los individuos, familias y comunidades.

Las acciones eficaces de los gobiernos para mitigar el impacto en el empleo, los medios de subsistencia, el acceso a los servicios básicos y la vida familiar, pueden proteger la vida de las personas, permitirles cumplir con las medidas de salud pública y facilitar su recuperación una vez que las medidas hayan sido levantadas.

2.     El virus no discrimina; pero el impacto si

Respuestas inclusivas a una amenaza mundial para asegurar que nadie se quede atrás

Todos estamos juntos en esto. Las respuestas deben ser inclusivas, equitativas y universales, pues de lo contrario no podrán vencer a un virus que afecta a todos, independientemente de su condición.

Si el virus perdura en una comunidad, sobre todo vulnerable, sigue siendo una amenaza para todas las comunidades, por lo que las prácticas discriminatorias nos ponen a todos en peligro.

 3.     Todos debemos ser parte de la respuesta

Participación en respuestas abiertas, transparentes y responsables

Porque “Todos estamos juntos en esto”, para combatir eficazmente la pandemia, todos debemos ser parte de la respuesta. La participación efectiva en la respuesta requiere que la gente esté informada, que participe en las decisiones que la afectan y que vea que las medidas que se tomen son necesarias, razonables y proporcionadas para combatir el virus y salvar vidas.

En una crisis, es necesario que las personas tengan capacidad de acción y puedan hacer oír su voz. Este es un momento en el que, más que nunca, los gobiernos necesitan ser abiertos y transparentes, responder y rendir cuentas a las personas que tratan de proteger. Se debe facilitar la contribución de las organizaciones de la sociedad civil, así como del sector privado y de las empresas.

4.     La amenaza es el virus, no la gente

Las medidas de emergencia y de seguridad, de ser necesarias, deben ser temporales, proporcionales y destinadas a proteger a las personas

Las fuerzas del orden tienen un papel que desempeñar en la lucha contra la enfermedad y en la protección de las personas. Puede que se necesiten poderes de emergencia, pero otorgar amplios poderes al Ejecutivo, concedidos rápidamente con una supervisión mínima, conllevan riesgos.

Las respuestas de seguridad excesivas socavan la respuesta sanitaria y pueden exacerbar las amenazas existentes para la paz y la seguridad o crear otras nuevas. La mejor respuesta es la que tiene por objeto responder de manera proporcionada a las amenazas inmediatas, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos en el marco del estado de derecho.

Este es un momento para la paz, para centrarse en la lucha contra el virus.

5.     Ningún país puede superar esto solo 

Las amenazas mundiales exigen respuestas mundiales

Todos estamos juntos en esto. La solidaridad internacional es esencial en la respuesta mundial: ningún país puede vencer esto solo y algunos países están mejor equipados para responder que otros.

Así como ningún país puede permitirse el lujo de dejar atrás a las personas, el mundo no puede permitirse el lujo de dejar atrás a un país si se quiere vencer al virus.

6.     Cuando nos recuperemos, debemos ser mejores que antes

¿En qué mundo queremos vivir cuando todo esto termine?

La crisis ha revelado debilidades que los derechos humanos pueden ayudar a resolver La forma en que respondamos ahora puede ayudar a dar forma a ese futuro, para bien o para mal. Debemos asegurarnos de no hacer daño mientras nos centramos en la crisis inmediata.

Es fundamental considerar el largo plazo al planificar nuestras respuestas a corto plazo. La crisis está revelando debilidades en la forma en que se prestan los servicios públicos y desigualdades que impiden el acceso a los mismos.

Los derechos humanos nos ayudan a responder a las prioridades inmediatas y a desarrollar estrategias de prevención para el futuro.