CEPAL llama a un diálogo renovado entre Estados Unidos y América Latina y para una recuperación post COVID-19

por | 14 agosto 2020

Estados Unidos y América Latina y el Caribe necesitan establecer un diálogo renovado para enfrentar los desafíos que presenta la actual crisis desatada por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) y alcanzar de esta forma una recuperación con igualdad y sostenibilidad ambiental, declaró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante un seminario virtual de alto nivel con reconocidos especialistas del país norteamericano.

El evento titulado “Estados Unidos y América Latina y el Caribe: un diálogo hacia la recuperación post COVID-19 con sostenibilidad e igualdad” (“The United States and Latin America and the Caribbean: a dialogue towards recovery with sustainability and equality post COVID-19″), fue moderado por la Directora de la Oficina de la CEPAL en Washington D.C., Inés Bustillo, y contó con la participación de Martha Bárcena, Embajadora de México ante Estados Unidos; Andrew Selee, Presidente del Instituto de Política para la Migración; Cynthia Arnson, Directora del Programa sobre América Latina en el Wilson Center; y Kevin Gallagher, Profesor de Política de Desarrollo Global y Director del Centro de Política de Desarrollo Global de la Universidad de Boston.

En su presentación, Alicia Bárcena indicó que el diálogo entre ambas partes (Estados Unidos y América Latina y el Caribe) debe estar basado en elementos clave como el acceso al financiamiento externo, acceso más amplio  al mercado estadounidense en el contexto de la nueva geografía económica global que se está generando a raíz de la crisis,  e incentivos para la ubicación de proveedores en sectores más cercanos (nearshoring) y la diversificación de la fuentes de suministros provenientes de América Latina y el Caribe.

En materia de financiamiento externo, es crucial asegurar la emisión de nuevos Derechos Especiales de Giro (SDR, por sus siglas en inglés) y relocalizarlos hacia los países de ingresos medios y otras herramientas regionales especiales; incrementar la capitalización de los bancos regionales de desarrollo, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y otras instituciones financieras similares; interrumpir temporalmente  durante crisis sistémicas, como la actual,  las evaluaciones de la deuda soberana de los países que hacen las agencias calificadoras de riesgo; y mejorar las metodologías de evaluaciones crediticias con mayor transparencia, la elección del momento más oportuno para realizarlas, flexibilidad y rendición de cuentas, explicó la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

“En una economía global que será más incierta y más regionalizada, ¿qué tipo de diálogo deberíamos tener entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe para apoyar la recuperación económica? Aún persiste la incertidumbre acerca de qué tipo de recuperación tendremos y qué medidas de política económica se necesitarán para enfrentar la emergencia y apuntalar la recuperación”, advirtió Bárcena.

La alta funcionaria de las Naciones Unidas señaló que la CEPAL ya ha realizado cinco propuestas para el corto plazo que incluyen la entrega de un ingreso básico de emergencia por seis meses para la población que vive en situación de pobreza, acompañado de un bono contra el hambre; la extensión de los plazos de pago y períodos de gracia para las pequeñas y medianas empresas; políticas fiscales y monetarias expansivas para apoyar un período más largo de gasto (que será estructural) con instrumentos no convencionales; pactos políticos y fiscales hacia una protección social universal, progresiva y redistributiva; y el acceso a financiamiento en condiciones favorables para los países de ingresos medios.

“Se perderá más de una década de avances: hacia finales de 2020, el PIB per cápita de la región habrá perdido más de 10 años de crecimiento y los niveles de pobreza verán un retroceso de 14 años”, recordó Bárcena. “Será la peor crisis en un siglo para América Latina y el Caribe: el PIB se contraerá -9,1%, el desempleo regional llegará al 13,5%, 231 millones de personas más quedarán en situación de pobreza y 98 millones en pobreza extrema”, agregó.

Alicia Bárcena también resaltó que la calidad del crédito se ha deteriorado y el comercio de Estados Unidos con América Latina y el Caribe ha disminuido significativamente: las importaciones de Estados Unidos desde la región cayeron 20,5% en el primer semestre de 2020 (con respecto a igual período de 2019). Sectores como los vehículos, repuestos y motores, turismo, entretención y hotelería han sido los más afectados, con un impacto aún mayor en los países del Caribe.

Durante el seminario, los expertos discutieron el impacto de la crisis en la migración y la importancia de la integración y el multilateralismo. Asimismo, destacaron iniciativas impulsadas por la CEPAL, como la propuesta de canje de deuda del Caribe por adaptación al cambio climático, y el Plan de Desarrollo Integral para México, Guatemala, Honduras y El Salvador, que pueden ser instrumentos relevantes para la recuperación post COVID-19.

La Embajadora Martha Bárcena destacó la paradoja que atraviesa la comunidad hispana en Estados Unidos, que acusa la mayor pérdida de empleo durante la pandemia, mientras simultáneamente participa de manera muy sustantiva de las actividades que son esenciales. 

Por su parte, Andrew Selee agregó en la misma dirección el cambio de tendencia respecto del empleo de los inmigrantes, quienes actualmente mantenían tasas de desempleo por debajo de los ciudadanos locales (no migrantes), y en la pandemia esto se ha revertido.

Cynthia Arnson a su vez, desarrolló un exhaustivo análisis sobre las posibilidades futuras de la política de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe tras el ciclo electoral que sostendrá el país del norte este año, mientras que Kevin Gallagher puso énfasis en el escenario económico post pandemia en Estados Unidos, donde avizora contracción y austeridad, y sus posibles impactos para el resto del hemisferio.

“La regionalización es un proceso que ya está sucediendo y debemos analizar cómo podemos integrarnos más. Debemos pensar en profundidad cuáles son las fortalezas que tenemos en nuestra región y cómo podemos organizarnos en sectores como el farmacéutico y equipos médicos, e incluso en la producción de vacunas para el virus”, añadió finalmente Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.