Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 6 de abril de 2020
«Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
La pandemia de la COVID-19 sigue castigando con dureza a las familias, las comunidades y los países de todo el mundo.
Pero también está dando lugar a extraordinarios actos de generosidad, solidaridad y cooperación.
Venimos diciéndolo una y otra vez: estamos todos juntos en esto, y solo podremos tener éxito juntos. Necesitamos un enfoque que abarque a toda la sociedad, en el que cada cual desempeñe su papel.
Eso incluye a la gente de la industria del entretenimiento.
Hoy tengo el placer de recibir a una de las mayores figuras del mundo del espectáculo, Lady Gaga, y a mi amigo Hugh Evans, fundador y Director General de Global Citizen.
La OMS lleva varias semanas trabajando con Global Citizen en la serie de conciertos «Together at Home», que ha organizado actuaciones gratuitas en línea de artistas como Chris Martin y John Legend.
Ahora estamos trabajando con Lady Gaga y Global Citizen para llevar ese mismo concepto a una dimensión aún mayor, con el especial virtual planetario «One World: Together at Home», programado para el sábado 18 de abril.
Tengo el placer de invitar a Lady Gaga y a Hugh Evans a presentarnos con más detalle este evento tan especial.
Una vez más, quisiera agradecer a Lady Gaga y a Hugh Evans su colaboración y liderazgo. La semana pasada mantuvimos una conversación a distancia y quedé gratamente sorprendido por la energía y pasión que desprende Lady Gaga, así como por su extraordinario compromiso con la humanidad. Fue entonces cuando me dije que su proyecto tenía el potencial de unir al mundo, concienciar y movilizar recursos para luchar contra la pandemia. Le doy las gracias por su increíble pasión y liderazgo; gracias también a mi amigo Hugh Evans por su labor de coordinación y por su liderazgo.
Todos deseamos sumarnos a ustedes con ocasión de «One World: Together at Home», el 18 de abril.
A medida que la pandemia prosigue su curso, comprobamos que tanto personas como gobiernos quieren hacer todo lo posible por protegerse y proteger a los demás, al igual que nosotros.
Entendemos que algunos países han recomendado o están sopesando el uso generalizado de mascarillas médicas y no médicas por parte de la población en general para prevenir la propagación de la COVID-19.
Antes que nada, hay que priorizar a los trabajadores de la salud en primera línea de la respuesta.
Sabemos que las mascarillas médicas pueden contribuir a proteger a los trabajadores de la salud, pero tenemos un problema mundial de escasez.
Nos preocupa que el uso masivo de mascarillas médicas por parte de la población en general pueda agravar el problema de escasez de estas mascarillas especializadas y privar de ellas a las personas que más las necesitan.
En algunos lugares, la escasez de mascarillas está poniendo en verdadero peligro a los trabajadores de la salud.
En los centros de atención de la salud, la OMS sigue recomendando el uso de mascarillas médicas, mascarillas con filtro y otros equipos de protección personal para los trabajadores de la salud.
En la comunidad, recomendamos el uso de mascarillas médicas a las personas enfermas y a las personas que cuidan de ellas en casa.
La OMS viene evaluando la posibilidad de dar un uso más amplio a las mascarillas médicas y no médicas para frenar la COVID-19.
Hoy en día, estamos publicando orientaciones y criterios para ayudar a los países a adoptar una decisión a este respecto.
Por ejemplo, los países podrían considerar la posibilidad de utilizar mascarillas en las comunidades en las que otras medidas como la higiene de manos y el distanciamiento físico planteen más dificultades debido a la falta de agua o a condiciones de hacinamiento.
Si se usa mascarilla, debe hacerse de manera segura y adecuada. La OMS tiene orientaciones sobre cómo ponerse, quitarse y desechar las mascarillas.
Lo que es seguro es que los resultados de la investigación científica son todavía limitados en este ámbito.
Alentamos a los países que estén considerando la ampliación del uso de mascarillas a la población general a que estudien su eficacia para que todos podamos aprender.
Lo esencial es que las mascarillas siempre deberían ser usadas en el marco de un conjunto integral de medidas.
No hay respuestas en blanco o en negro, ni fórmulas milagrosas. Las mascarillas no pueden por sí mismas detener la pandemia. Los países deben seguir detectando, realizando pruebas, aislando y tratando cada caso y rastreando cada contacto.
Con o sin mascarilla, hay cosas de eficacia probada que todos podemos hacer para protegernos y proteger a los demás: mantener la distancia, lavarnos las manos, toser o estornudar tapándonos la nariz y la boca con el codo y evitar tocarnos la cara.
Menos de 100 días después de la notificación de un nuevo coronavirus a la OMS, la investigación se ha acelerado a un ritmo increíble.
A principios de enero se trazó el mapa del genoma del virus y fue dado a conocer a escala planetaria, lo que permitió poner a punto pruebas diagnósticas e iniciar investigaciones para hallar una vacuna. Más de 70 países se han unido al ensayo Solidaridad de la OMS para acelerar la búsqueda de un tratamiento eficaz. Y alrededor de 20 instituciones y empresas trabajan a toda máquina en el desarrollo de una vacuna.
La OMS tiene la determinación de garantizar que, a medida que se desarrollen medicamentos y vacunas, estos sean compartidos equitativamente con todos los países y personas.
Quiero agradecer a Medicines Patent Pool y a Unitaid la iniciativa anunciada el pasado viernes de incluir los medicamentos y medios diagnósticos para la COVID 19 en su fondo de licencias.
También quiero dar las gracias al Presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, y al Ministro de Salud, Daniel Salas, por su propuesta de crear un fondo de derechos para pruebas, medicamentos y vacunas, de acceso libre o mediante licencias en condiciones razonables y asequibles para todos los países. Muchas gracias, señor Presidente.
Apoyo esta propuesta y estamos trabajando con Costa Rica en los últimos detalles.
Los países más pobres y las economías más frágiles se llevarán la peor parte de la conmoción causada por esta pandemia, y dejar sin protección a unos u otros no hará más que prolongar la crisis sanitaria y agravar el daño económico. Llamo a todos los países, empresas e instituciones de investigación a apoyar los datos abiertos, la ciencia abierta y la colaboración abierta para que los beneficios de la ciencia y la investigación lleguen a todas las personas.
Por último, nos acercamos al final del brote de ebola en la República Democrática del Congo (RDC). Si no aparecen nuevos casos, el Gobierno de la RDC podría declarar el final del brote este mismo domingo.
Todavía no estamos ahí y nos mantenemos en modo de respuesta total. Seguimos investigando las alertas y analizando muestras.
Esto no habría sido posible sin los extraordinarios trabajadores de la salud que han puesto en riesgo sus vidas durante 18 meses para detener este brote.
Si los trabajadores de la salud se están poniendo en peligro para salvar vidas de la COVID 19, en la RDC los trabajadores de la salud se han enfrentado a la doble amenaza de luchar contra un virus mortal en una de las regiones más peligrosas e inestables del mundo, exponiéndose al ebola y a las balas.
Mañana es el aniversario de la OMS, efemérides que celebramos cada año como Día Mundial de la Salud.
Este año, rendimos homenaje a la extraordinaria contribución de todos los trabajadores de la salud, y especialmente del personal de enfermería y de partería.
El personal de enfermería y de partería constituye la espina dorsal de todo sistema de salud. Están ahí desde los primeros momentos de la vida hasta el último.
Mañana publicaremos nuestro primer informe sobre la Situación de la enfermería en el mundo, que señala ciertas deficiencias y contiene recomendaciones para todos los países.
Una de las enseñanzas que espero que el mundo extraiga de la COVID 19 es la necesidad de invertir en los trabajadores de la salud, no solo para proteger vidas, sino también para proteger medios de vida.
Muchas gracias