Washington, D.C. (OPS) – Mientras los sublinajes BA.4 y BA.5 de ómicron impulsan una nueva ola de infecciones por COVID-19 en las Américas, y los casos de viruela del mono siguen aumentando, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, pidió a los países que trabajen juntos para satisfacer la creciente demanda de vacunas, medicamentos y otros equipos médicos en la región.
La aparición de los sublinajes de ómicron es «un recordatorio más de que el virus sigue evolucionando cada vez que se transmite, y de que debemos permanecer vigilantes», sostuvo hoy la Directora de la OPS durante una rueda de prensa.
«La capacidad de producción seguirá siendo muy necesaria en nuestra región para ayudar a hacer frente a la COVID-19 y a otros patógenos”, consideró y agregó que “es probable que se produzcan brotes de otras enfermedades que requerirán que desarrollemos y despleguemos rápidamente nuevas vacunas, diagnósticos y medicamentos para combatirlas».
La doctora Etienne destacó que al comienzo de la pandemia de COVID-19, la región tuvo dificultades para satisfacer la creciente demanda de medicamentos, diagnósticos y equipos de protección personal, y muchos países dependían de las importaciones para proteger a sus poblaciones. Cuando se comenzaron a desplegar las primeras vacunas contra la COVID-19, los países también se apresuraron a «asegurarse suministros».
«Debemos estar mejor preparados para el futuro», indicó la Directora de la OPS, anunciando un plan en tres fases para trabajar con los países y los donantes internacionales con el fin de reforzar la capacidad regional de producir vacunas y dispositivos médicos.
La primera fase se centrará en fortalecer la investigación y el desarrollo en América Latina y el Caribe, en particular en el área de desarrollo de vacunas de ARN mensajero (ARNm).
La Plataforma regional para el avance en la producción de vacunas y otras tecnologías sanitarias para la COVID-19 en las Américas, lanzada el año pasado por la OPS, tiene como objetivo formar y apoyar a empresas locales en la utilización de la tecnología de vacunas de ARNm. Hasta ahora, Sinergium Biotech de Argentina y el Instituto de Inmunobiología Bio-Manguinhos de Brasil participan en esta iniciativa.
La segunda fase se centra en el desarrollo de un sólido sistema de regulación regional para garantizar que las nuevas herramientas médicas sean seguras y eficaces.
Para la tercera fase, la OPS está trabajando con socios regionales e internacionales en la creación de una hoja de ruta para mejorar la producción de tecnologías sanitarias en las Américas, que incluye una alianza con la Unión Europea.
«Todos estos esfuerzos combinados tienen el potencial de transformar la manera en que la región desarrolla y elabora productos y tecnologías médicos, especialmente herramientas muy sofisticadas como las vacunas», sostuvo la Directora de la OPS.
Sin embargo, la doctora Etienne advirtió que la mejora de la capacidad de producción por sí sola «no es suficiente para garantizar el acceso», y subrayó que los mecanismos de adquisición conjunta de la OPS, como el Fondo Rotatorio, serán fundamentales para garantizar que las vacunas y otras tecnologías estén al alcance de todos en la región.
El Fondo Rotatorio muestra el «impacto que podemos tener cuando aprovechamos nuestra historia de solidaridad y colaboración», dijo. “Con este mismo espíritu, podemos aumentar la capacidad de producción médica de nuestra región para salvar y proteger aún más vidas», consideró.
En cuanto a la situación de la COVID-19 en la región, los países informaron aproximadamente 1,6 millones de casos nuevos y 4.800 muertes la semana pasada, lo que supone un descenso del 0,9% y el 3,5% respectivamente.
Centroamérica informó un aumento del 54,9% de los casos y América del Sur un incremento del 2%.
En el Caribe, los casos disminuyeron un 5,2%, y en América del Norte, un 4,5%.