GINEBRA (OIT Noticias) – La Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebra el nuevo compromiso asumido por el grupo de naciones del G20 a favor de un enfoque coherente y centrado en las personas para la recuperación de la crisis causada por la COVID-19 que dé lugar a una mayor justicia social y trabajo decente para todos.
La Declaración Ministerial de Trabajo y Empleo del G20 , emitida después de un día completo de debates en Catania, Italia, hace eco del Llamamiento mundial a la acción para una recuperación centrada en las personas adoptado por los delegados de la Conferencia Internacional del Trabajo en su reunión de junio. El Llamamiento a la acción presenta las medidas para crear una recuperación de la pandemia centrada en las personas a fin de evitar que las economías y las sociedades queden marcadas a largo plazo.
En su discurso durante la Reunión de ministros de Trabajo y Empleo del G20 , el Director General de la OIT, Guy Ryder, acogió con satisfacción la confirmación del compromiso de los ministros para forjar una recuperación centrada en las personas, que sea sostenible y resiliente. Guy Ryder destacó los renovados esfuerzos dirigidos a alcanzar más, mejores trabajos y con salarios equitativos para las mujeres, una protección social adecuada para todos, la reglamentación del teletrabajo y del trabajo a través de las plataformas digitales y condiciones de trapajo seguras y saludables para todos.
Puso además de manifiesto la importancia de sistemas de protección social sólidos y una mejor coordinación entre las políticas de protección social y del mercado laboral a fin de proteger a los trabajadores durante las crisis y ayudarles a que se reincorporen al trabajo.
“La crisis ha tenido repercusiones mucho más graves sobre algunos sectores y grupos. En particular, ha afectado a las mujeres y a los jóvenes, junto a los que trabajan en la economía informal. Estos grupos son además los que hoy día enfrentan las situaciones más difíciles y corren un riesgo mayor de ser dejados atrás en los próximos meses y años”.
Guy Ryder señaló el impacto catastrófico de la COVID-19, que ha causado la pérdida del equivalente a 161 millones de empleos a tiempo completo en los países del G20. Esto, dijo, representa una crisis del mundo del trabajo cuatro veces más severa que la ocasionada por la crisis financiera de 2008 y 2009.
La recuperación registrada en los últimos meses, agregó, ha sido desigual y frágil, y es probable que los países en desarrollo encuentren mayores dificultades en este proceso.
“A menos que no se adopten medidas deliberadas, la COVID-19 hará que el mundo del trabajo sea más injusto, menos resiliente e inclusivo y, a la larga, menos sostenible. Pero podemos hacer las cosas de otra manera. La crisis nos ha demostrado que las políticas y las modalidades de trabajo tradicionales pueden ser modificadas de formas que antes no podíamos imaginar”.
Los gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben abordar el proceso de recuperación sobre la base de la comprensión de que el futuro del trabajo no está predeterminado, declaró.
Además, Guy Ryder puso de manifiesto la necesidad de mejorar la calidad del empleo de las mujeres, que es vital si el G20 ha de alcanzar el “Objetivo de Brisbane”, de reducir en un 25 por ciento la disparidad de sexos en materia de participación en la fuerza de trabajo para 2025.
En el G20, durante la presentación de un informe conjunto OIT-OCDE sobre las Mujeres en el Trabajo (Women at Work), Guy Ryder dijo a los ministros que las mujeres tienen el doble de probabilidades de ocupar empleos mal remunerados que los hombres, y tienen mayores probabilidades de tener empleos informales o contratos temporales. Al mismo tiempo, las mujeres llevan la carga del trabajo no remunerado, en gran parte debido a las responsabilidades de cuidado.
Un programa transformador para la igualdad de género precisa de mayores inversiones en la economía del cuidado, políticas de empleo dirigidas a las mujeres, acceso universal a la protección social integral y adecuada y a la misma remuneración por un trabajo de igual valor, señaló Ryder. Además urgió a los países a ratificar el Convenio de la OIT sobre la violencia y el acoso , un problema que se ha agravado durante la pandemia.
En la Reunión conjunta de ministros de Educación y de Trabajo y Empleo del G20 sobre la transición de la escuela al trabajo, Guy Ryder puso de manifiesto la necesidad de vincular la educación , el empleo y las políticas sociales.
Las últimas estimaciones de la OIT muestran que, a nivel mundial, el empleo juvenil se redujo en un 8,7 por ciento en 2020 frente a la reducción de 3,7 por ciento del empleo de los adultos. En los países del G20, el empleo juvenil disminuyó de 11 por ciento en 2020, casi cuatro veces más que para los adultos, agregó Guy Ryder, el impacto sobre las mujeres jóvenes fue aún mayor.
“El legado potencial de esto es aterrador. Esta generación podría ser perjudicada durante años, convirtiendo a la crisis de la COVID-19 en una crisis multigeneracional”.
Es necesario que los países garanticen que los jóvenes puedan desarrollar sus competencias y encontrar trabajo decente cuando finalizan su educación y formación, declaró el Director General de la OIT. Ryder citó la Hoja de ruta 2025 del G20 para la juventud, que incita a los miembros del G20 a intensificar sus esfuerzos a fin de reducir el número de jóvenes, mujeres y hombres, que no trabajan, ni estudian ni reciben formación.
Muchas de las cuestiones evidenciadas por Guy Ryder durante las dos reuniones ministeriales fueron reflejadas en las Declaraciones Ministeriales del G20 adoptadas en Catania. Estas pusieron de manifiesto la necesidad de tener en cuenta los instrumentos y declaraciones de la OIT en materia de Pisos de protección social, Principios y derechos fundamentales en el trabajo y el Futuro del trabajo.