OIM hace hincapié en la necesidad de adoptar enfoques que tengan en cuenta a los migrantes en la respuesta a COVID-19

por | 30 marzo 2020

Declaración de la OIM sobre la COVID-19 y la movilidad

El actual brote de la neumonía por coronavirus (COVID-19) es, ante todo, un problema sanitario. Sin embargo, también acarrea consecuencias sin precedentes para la movilidad, en lo que respecta tanto a los regímenes de gestión de la migración y las fronteras como a la situación de todos los migrantes, incluidos los desplazados por conflictos o desastres.

• La plantilla de la OIM, integrada por más de 14.000 miembros del personal, está trabajando para responder a esta emergencia de salud pública desde la perspectiva de la movilidad. En este empeño, la Organización recurre a la experiencia adquirida en anteriores situaciones de emergencia –a saber, el reciente brote del virus del Ébola en la República Democrática del Congo– y colabora estrechamente con la Organización Mundial de la Salud y otros organismos y asociados de la Red de las Naciones Unidas sobre la Migración para garantizar la integración de las preocupaciones en materia de migración y salud en todo el sistema de las Naciones Unidas.

• En su calidad de miembro del Comité Permanente entre Organismos, la OIM está apoyando el Plan de preparación y respuesta al brote de la COVID-19 del sistema humanitario, y contribuyendo al establecimiento de directrices y enfoques operacionales conjuntos para minimizar la incidencia en los contextos humanitarios. La OIM también colabora con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios para satisfacer las necesidades adicionales derivadas de la pandemia , al tiempo que se mantienen los programas vitales y las operaciones humanitarias en curso que dan respuesta a necesidades preexistentes a esta nueva emergencia.

• El Plan estratégico mundial de preparación y respuesta de la OIM, presentado el 20 de febrero de 2020 y revisado el 19 de marzo de 2020, pide apoyo financiero global para garantizar la inclusión de las consideraciones relativas a los migrantes y la movilidad en los planes de preparación en los países prioritarios, incluidas muchas de las intervenciones descritas más adelante.

• Sin embargo, la OIM es consciente de que la actual pandemia tendrá repercusiones humanitarias y socioeconómicas de gran alcance y a largo plazo. Si bien es imposible en este momento prever los efectos económicos y políticos de esta crisis, cabe reconocer los marcados puntos de inflexión económica que afrontarán las sociedades, y las consecuencias más profundas que se vislumbran para las diversas poblaciones móviles a las que presta asistencia la Organización.

• A corto plazo, en los países más afectados, los migrantes están expuestos a muchas de las vulnerabilidades que encaran los demás ciudadanos, y a menudo en mayor medida. Es más probable que los extranjeros estén hacinados en sus viviendas o tengan trabajos precarios o de corta duración, que prácticamente no prevén las licencias por enfermedad. Otros migrantes, tanto en situación regular como irregular, pueden tener un acceso limitado a los servicios de salud pública, o miedo a solicitar tales servicios. Además, pueden quedar excluidos de los programas de información sobre la salud pública o , a pesar de estar informados al respecto, carecer de los medios financieros necesarios para gestionar los períodos de autoaislamiento o cuarentena.

• En todo el mundo, en los países menos afectados, las poblaciones desplazadas en campamentos o emplazamientos similares ya son muy vulnerables a las enfermedades infecciosas, al vivir en condiciones en las que un virus puede propagarse más fácilmente. Las poblaciones atrapadas en conflictos se encuentran entre las más difíciles de asistir y vigilar, a pesar de ser las que peor equipadas están para protegerse contra la infección.

• Los esfuerzos para apoyar a todos los grupos vulnerables, incluidos los migrantes, se deberían considerar seriamente a fin de evitar consecuencias perjudiciales, reducir al mínimo las dificultades y disminuir los riesgos para la salud pública. Nuestra labor para garantizar la seguridad de las comunidades debe respetar los derechos humanos fundamentales de todos.

• A continuación se describen las principales preocupaciones y respuestas, incluidas las medidas que la OIM ha adoptado junto a distintos gobiernos para velar por que se tenga en cuenta a los migrantes, y a todas las personas que se desplazan, en los planes y las respuestas frente a la pandemia de la COVID-19. Medidas que podemos adoptar

• La respuesta estratégica de la OIM se centra en la asistencia a las personas vulnerables y la creación de capacidades operacionales para abordar los aspectos relativos a la movilidad en esta pandemia. Estas acciones comprenden: o Las actividades de comunicación de riesgos y de participación comunitaria, aprovechando las redes comunitarias para asegurar que la información sobre la salud pública se transmita de manera accesible y culturalmente adecuada a los más vulnerables, incluidos los migrantes, independientemente de su situación jurídica. Estas actividades se han llevado a cabo en varios países, entre ellos el Afganistán, Bangladesh, Grecia y el Yemen. En Grecia, la OIM ha realizado sesiones de información en los campamentos de migrantes en la península; asimismo, ha traducido la información gubernamental y ha distribuido suministros adicionales. o La coordinación transfronteriza y el fortalecimiento de la capacidad para reforzar el control sanitario en los puntos de entrada y de salida (es decir, los aeropuertos, los puertos marítimos y los pasos fronterizos terrestres) en decenas de Estados, incluido a lo largo de la frontera del Afganistán con Irán y el Pakistán. La OIM proporciona diariamente un resumen de las restricciones de movilidad a escala mundial, así como 3 un mapa de las restricciones a nivel de país, en los que se describen las nuevas y complejas medidas de restricción de los viajes para apoyar a todo el personal de la Organización. o La coordinación de situaciones de crisis para facilitar el intercambio de información entre los interlocutores. En algunos países europeos, tales como Grecia, Malta y Noruega, la OIM mantiene un contacto estrecho y regular con sus homólogos gubernamentales para coordinar las próximas medidas que cabe adoptar. En Bélgica, la OIM ha establecido, junto al Gobierno, un equipo de gestión de situaciones de crisis para velar por que ninguna persona se quede atrás. o La capacitación de funcionarios gubernamentales. La OIM ha realizado anteriormente capacitaciones sobre los procedimientos operativos estándar en los puntos de entrada durante emergencias sanitarias en el contexto de la respuesta al virus del Ébola, en Guinea, la República Democrática del Congo y el Senegal. Esto puede ampliarse para abordar las necesidades operacionales dimanantes de la COVID-19 y llevarse a cabo de manera virtual. o Los ejercicios de esquematización cartográfica de la movilidad de la población para anticipar las necesidades y establecer prioridades con respecto a las medidas que cabe adoptar mediante la estratificación de la información sobre las restricciones de viaje, la situación de los puntos de entrada, las líneas aéreas y la situación de los migrantes desamparados o varados, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud. Estos ejercicios se han realizado en varios países, entre ellos Mongolia, el Iraq, el Afganistán, Rwanda y Tanzanía. Es importante que los gobiernos y los equipos de respuesta de primera línea tengan una idea clara de los movimientos de población y la dinámica de la movilidad, a fin de aportar, oportunamente, asistencia a los grupos vulnerables. o Mejora del control y de los servicios de Agua, Saneamiento e Higiene para Todos en los puntos de entrada. La OIM fomenta el acceso al agua potable y las medidas de higiene en todas sus operaciones, para reducir al mínimo el riesgo de contagio. En otros lugares, y en toda Asia, todos los migrantes que viajan a los Estados Unidos de América pasan controles sanitarios en los centros de la OIM y reciben información, desinfectante para manos y pañuelos desechables.

• En todas las actividades de la OIM cabe dar prioridad a la incorporación de las preocupaciones relativas a la protección en la respuesta a la COVID-19 para garantizar que los esfuerzos se centren en las personas, sean inclusivos y no causen daños a las poblaciones a las que se presta asistencia. Este empeño se basa en la comprensión de las posibilidades y dificultades para acceder a los servicios y la información de los diferentes grupos, incluidas las personas con discapacidad, las personas mayores, las familias encabezadas por mujeres y los menores no acompañados o separados, e incorpora también las consideraciones de género.

• En vista de las repercusiones de la pandemia en las operaciones diarias de la OIM, incluido el creciente número de restricciones de viaje, se está llevando a cabo una evaluación exhaustiva para garantizar la seguridad permanente del personal, los asociados y todos los beneficiarios de la Organización. Hasta la fecha, se han adoptado las siguientes medidas: 4 o La suspensión temporal del programa de reasentamiento de la OIM, en coordinación con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). No obstante, el reasentamiento sigue siendo una herramienta vital para muchos refugiados. La OIM y el ACNUR trabajan con los Estados para garantizar que los traslados puedan continuar en los casos de emergencia más críticos, siempre que sea posible. o La reducción y la suspensión de distintos programas de evaluación de la salud para la migración y programas de solicitud de visados, y la reducción a nivel operacional de los programas de reunificación familiar y visados humanitarios. En los casos en que las operaciones continúan, la OIM ha adoptado diversas medidas de precaución, entre ellas la elaboración de procedimientos operativos estándar específicos para la COVID-19, la educación y el asesoramiento en materia de salud para los migrantes y el reforzamiento de los controles previos al embarque. o El asesoramiento virtual para migrantes y las sesiones de capacitación virtual para las asociaciones de migrantes. En muchos países europeos, la OIM ha establecido mecanismos de comunicación a distancia para informar a los migrantes, especialmente a los que están interesados en regresar a su país, sobre la situación general y las restricciones de movimiento en vigor.

• A pesar de estos cambios programáticos, la OIM sigue de cerca la evolución de la situación sobre el terreno y vela por la seguridad, el bienestar y la protección de todas las poblaciones afectadas, independientemente de la situación migratoria, y de su personal, al tiempo que mantiene su compromiso de cara a los Estados Miembros y los asociados. Aunque estos programas sufren restricciones actualmente, la OIM conserva su plena capacidad y preparación para reanudar las operaciones tan pronto como las condiciones lo permitan.

• Muchos gobiernos tendrán que tomar decisiones en los próximos días con respecto a la posible suspensión de los programas de inmigración y asilo –incluida la tramitación de visados y el registro de solicitudes de asilo, así como los servicios de retorno voluntario. La OIM destaca la necesidad de velar por que tales decisiones no marginen aún más a los grupos móviles vulnerables, incluidas las personas mayores, las personas con discapacidad y los niños, así como de asegurar la continuidad de servicios de apoyo básicos, a pesar de las restricciones. La OIM está preparada para asesorar y prestar asistencia a los gobiernos en la adopción de esas decisiones, especialmente en lo que atañe a la mejor manera de apoyar a los migrantes, los refugiados y los solicitantes de asilo, inclusive en contextos humanitarios.

• Todos los migrantes, en situación regular o irregular, incluidos aquellos en situación de explotación, deben tener acceso a información, pruebas, tratamiento y atención de la salud, de manera que los equipos de respuesta puedan incluirlos en las iniciativas comunitarias y de localización de contactos. La OIM subraya la necesidad de garantizar la accesibilidad para todos a través de la provisión de traducciones en los idiomas pertinentes, la formulación de recomendaciones y la oferta de modalidades de tratamiento culturalmente adecuadas. A tenor de experiencias anteriores, la prestación de apoyo psicosocial y de salud mental a las comunidades afectadas es fundamental, y ello se puede vincular a los sistemas de protección y servicios sociales existentes.

5 • De conformidad con el Reglamento Sanitario Internacional y las recomendaciones del Comité de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud, la OIM expresa su preocupación por la difusión de información errónea y la utilización de narrativas estigmatizadoras, ya que pueden desalentar a las personas a declarar sus síntomas o a participar en la localización de contactos, lo que a su vez puede dificultar la prestación de los cuidados adecuados y entorpecer los esfuerzos destinados a evitar un mayor contagio. Las autoridades deben desplegar todos los esfuerzos posibles para luchar contra la xenofobia relativa al origen y propagación de la pandemia. Perspectivas

• Las consecuencias de la actual crisis perdurarán durante muchos meses, posiblemente años. También habrá que evaluar íntegramente los efectos sociales y económicos en las sociedades más afectadas. En este contexto, será necesario garantizar respuestas a largo plazo que tengan debidamente en cuenta la situación de las personas más vulnerables, en particular los migrantes y los refugiados.

• Esta pandemia pone de relieve, una vez más, la necesidad de abordar los aspectos relativos a la movilidad humana en las estrategias mundiales de salud pública y de seguridad sanitaria, aplicando un enfoque integral de gobierno y de la sociedad. Esto será fundamental para minimizar los efectos de la pandemia de la COVID-19 a través de la adopción de medidas urgentes y decisivas, así como para reforzar los futuros planes de preparación.

• La OIM hace hincapié en la necesidad de adoptar enfoques que tengan en cuenta a los migrantes en la respuesta general a la COVID-19 y exhorta a los países a observar las necesidades y las vulnerabilidades particulares de los migrantes, independientemente de su situación jurídica, en aras de la Cobertura Sanitaria Universal. La lucha contra esta pandemia no se ganará a menos que todos los países incluyan a los migrantes en sus planes de respuesta, especialmente a aquellos marginados o en situación de vulnerabilidad. • Colectivamente debemos estar a la altura del imperativo humanitario y mantener las operaciones vitales en curso, a la vez que garantizamos el “principio de no causar daño” y el deber de cuidado del personal. La OIM está firmemente decidida a evitar la intensificación de las vulnerabilidades debida a la inobservancia de las necesidades humanitarias, especialmente en entornos de crisis complejos y en Estados frágiles con sistemas de salud deficientes en los que las poblaciones afectadas afrontarán crecientes riesgos.

• Habida cuenta de que las consecuencias serán de largo plazo, la OIM continuará explorando nuevas alianzas y prácticas institucionales que permitan a la Organización mitigar los efectos de las medidas adoptadas –ahora y en el futuro– para reducir la propagación de la COVID-19.

• Por último, y quizás lo más importante, debemos permanecer alerta frente a la estigmatización de cualquier grupo durante esta crisis, ya se trate de los migrantes, los refugiados o los solicitantes de asilo, tal y como se destaca en la declaración (disponible en inglés) de la Red de las Naciones Unidas sobre la Migración. Ello reviste gran importancia dada la incertidumbre que reina respecto de la duración y las consecuencias de esta crisis. El distanciamiento social no se debe implementar a expensas de la cohesión social a largo plazo.

Con información de OIM