Mientras algunos países comienzan a levantar sus restricciones sanitarias, en las regiones de África, las Américas y el Pacífico Occidental se está incrementando la mortalidad a causa de la enfermedad.
Ginebra, 7 de junio de 2021(OMS) — El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a los laboratorios fabricantes de vacunas contra la Covid-19 que donen la mitad de su producción al mecanismo COVAX.
“Pido a todos los fabricantes que den a COVAX el primer derecho a rechazar nuevos volúmenes de vacunas, o que comprometan el 50% de sus volúmenes a COVAX este año.
“COVAX es la mejor manera de distribuir las vacunas de forma rápida y equitativa. Compartir las vacunas ahora es esencial para acabar con la fase aguda de la pandemia”, dijo.
En el marco de la cumbre anual del G7, que se llevará a cabo el fin de semana, el director del organismo pidió a los líderes de esos países que no sólo se comprometan a compartir esas dosis, sino que lo hagan en los meses de junio y julio, puesto que “estos siete países tienen el poder de cumplir estos objetivos”.
Advirtió que si bien a nivel global el número de nuevos casos de contagios y fallecimientos por coronavirus se ha reducido en las últimas seis semanas, se está produciendo una “pandemia dual”.
Esto quiere decir que mientras algunos países comienzan a levantar las restricciones sanitarias, en las regiones de África, las Américas y el Pacífico Occidental se está incrementando la mortalidad a causa de la enfermedad.
“Muchos países se están enfrentando a una situación muy peligrosa, mientras que otros, gracias a que cuentan con unas tasas de vacunación muy altas, empiezan a poner fin a las restricciones”, señaló.
“No obstante, estas medidas tienen que relajarse con cuidado y de conformidad con la circulación del virus y las capacidades de respuesta porque, de lo contrario, sería desastroso para aquellas personas que no están vacunadas”, resaltó en la rueda de prensa.
Dio a conocer que la distribución desigual de las vacunas ha permitido que el virus continúe propagándose, aumentando las posibilidades de que surja una variante que haga que las vacunas sean menos efectivas.
Lamentó que los países de altos ingresos hayan administrado 44% de las dosis mundiales de las vacunas, mientras que el porcentaje se sitúa en el 0.4% en el caso de las regiones de bajos ingresos.
“Lo más frustrante de esta estadística es que lleva meses sin cambiar”, enfatizó, para recordar que la “vacunación desigual es una amenaza para todos los países y no sólo para los más pobres”.
“Con el fin de alcanzar al objeto de vacunar al menos al 10% de la población de todos los países para septiembre y al menos al 30% para fin de año, se necesitan 250 millones de dosis adicionales para septiembre, y 100 millones de dosis solo en junio y julio”, detalló este lunes en la sesión informativa.
El doctor Adhanom Ghebreyesus recordó que en una emergencia, los países de bajos ingresos no pueden depender únicamente de las importaciones de vacunas de las naciones más ricas, “es fundamental invertir en la producción local para las vacunas COVID-19 y para producir inmunizaciones de rutina y otros productos para la salud”, resaltó.
“Impulsar la fabricación no ocurre de la noche a la mañana, pero cuanto antes invirtamos, antes puede comenzar la producción”, destacó.