Declaración de la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore
NUEVA YORK, 6 DE ABRIL DE 2021 – “En poco más de un año, los científicos, las empresas, los gobiernos, los organismos filantrópicos y las instituciones multilaterales del mundo se han movilizado para lograr una tarea impensable: desarrollar vacunas contra un virus que había paralizado el mundo. Y pusieron a prueba, transportaron y comenzaron a distribuir las vacunas de forma segura y en un tiempo sin precedentes. Es algo sencillamente increíble.
“Pero la lucha contra el virus no ha terminado. Están apareciendo variantes en todo el mundo, y con cada una de ellas se corre el riesgo de que se produzca un grave retroceso mundial.
“Al ritmo actual, simplemente no hay suficientes vacunas para satisfacer la demanda. Y la oferta se concentra en muy pocas manos. Algunos países han contratado suficientes dosis para vacunar a su población varias veces, mientras que otros aún no han recibido la primera dosis. Esto representa una amenaza para todos. En estas condiciones, el virus y sus mutaciones ganarán la partida.
“Para superar el virus y acelerar el proceso, debemos basarnos en una estrategia de vacunación de los trabajadores de primera línea, pero también centrarnos en un acceso verdaderamente equitativo para todos. Por ello, instamos a los gobiernos, las empresas y los asociados a que tomen tres medidas urgentes:
“En primer lugar, simplificar los derechos de propiedad intelectual (DPI) mediante la concesión voluntaria y proactiva de licencias por parte de los titulares de estos derechos. Pero esto por sí solo no será suficiente para aumentar la producción. A diferencia de la fabricación de medicamentos, la producción de vacunas es un proceso complejo que se compone de múltiples componentes y etapas. Los titulares de derechos de propiedad intelectual deben establecer asociaciones técnicas para complementar la concesión de licencias, compartir proactivamente los conocimientos técnicos y subcontratar a los fabricantes sin restricciones geográficas o cuantitativas injustificadas. Esto no requiere una renuncia obligatoria a los derechos de propiedad intelectual, pero sí una asociación y cooperación proactivas. Las recientes asociaciones en la fabricación, como Pfizer-BioNtech, AZ-SII, J&J- Merck y J&J-Aspen, son ejemplos alentadores en este sentido. UNICEF insta a otras partes a seguir estos ejemplos, con el fin de ampliar el alcance y la diversidad geográfica de la capacidad de producción.
“Aunque los mercados por sí solos no pueden garantizar que la innovación beneficie a todos, la concesión voluntaria de licencias, la combinación de fondos y la utilización de los mecanismos de múltiples partes interesadas, como COVAX, son una forma eficaz y realista de que los desarrolladores y fabricantes de productos colaboren, innoven y promuevan un acceso equitativo.
“En segundo lugar, tenemos que acabar con el nacionalismo de las vacunas. Los gobiernos deben abolir los controles directos o indirectos de exportación e importación que bloquean, restringen o frenan la exportación de las vacunas contra la COVID-19 y de los ingredientes y suministros necesarios. Los virus no conocen fronteras. No podemos derrotar a la COVID-19 en cada uno de nuestros países sin derrotarlo a nivel mundial, asegurando un suministro constante de vacunas y provisiones para todos.
“Por último, los gobiernos que hayan contratado la recepción de más ‘dosis futuras’ de las que necesitan para vacunar a toda su población adulta este año deberían prestar, liberar o donar al mecanismo COVAX la mayor parte o la totalidad de este excedente de dosis para 2021, de modo que puedan distribuirse equitativamente a otros países.
“Además, los países con un suministro actual suficiente deberían considerar la posibilidad de donar hoy al menos el 5% de las dosis disponibles ya fabricadas y comprometerse a donar sistemáticamente más dosis a lo largo del año, incrementando su contribución a medida que aumente la producción. Confirmar ahora este futuro reparto de dosis aumentará la previsibilidad, acelerará el acceso equitativo y ayudará a estabilizar el mercado mundial de vacunas.
“La pandemia de COVID-19 nos ha demostrado claramente que nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo. Pero el acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19 es un objetivo a nuestro alcance. Hemos demostrado que el mundo puede movilizarse para lograr lo inimaginable, y debemos hacerlo de nuevo. Cuanto antes lo hagamos, antes volverán a la normalidad nuestras vidas y las de nuestros hijos.”