Ante la rápida transmisión del COVID-19, el Secretario General de las Naciones Unidas afirmó este viernes en un mensaje que la propagación del virus alcanzará un punto máximo y que las economías lograrán recuperarse. António Guterres apeló a la unidad para detener la propagación del virus y a cuidar del prójimo mientras esto no suceda.
«Es el momento de ser prudentes, no de entrar en pánico. De la ciencia, no del estigma. De los hechos, no del miedo. Aunque se ha clasificado como pandemia, podemos controlar esta situación. Podemos retrasar la transmisión, prevenir la infección y salvar vidas. Pero hacerlo requerirá medidas inéditas de índole personal, nacional e internacional», afirmó António Guterres.
El titular de la ONU destacó que esta situación implica que los países tienen la responsabilidad «de prepararse, acelerar e intensificar las medidas».
Entre ellas propuso aplicar estrategias de contención eficaces; activar y mejorar los sistemas de respuesta de emergencia; aumentar drásticamente la capacidad para realizar pruebas y atender a pacientes; preparar a los hospitales; y desarrollar tratamientos médicos vitales.
Del mismo modo, Guterres destacó la posibilidad de que la crisis conduzca a una recesión mundial ante las alteraciones de los mercados financieros y la interrupción de las cadenas mundial de suministros.
«La inversión y la demanda de los consumidores se han hundido, y ello acarrea un riesgo real y creciente de recesión mundial. Los economistas de las Naciones Unidas estiman que el virus podría costar a la economía mundial 1 billón de dólares como mínimo este año, tal vez mucho más», destacó.
Ante esta difícil coyuntura, apeló a la unidad entre naciones ya que «ningún país puede enfrentar solo esta situación».
«Más que nunca, los Gobiernos deben cooperar para revitalizar las economías … aumentar la inversión pública … impulsar el comercio … y garantizar la prestación de un apoyo específico a las personas y las comunidades más afectadas por la enfermedad o más vulnerables a los efectos económicos negativos, incluidas las mujeres, que a menudo soportan una carga desproporcionada del trabajo de cuidados», destacó el Secretario General.
Escenario mundial
Los casos de coronavirus COVID-19 suman ya más de 132.536 en el mundo, las muertes llegaron a 4947 y 123 países y territorios han sido afectados hasta hoy, informó este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Europa se ha convertido en el epicentro de la pandemia con más casos y muertes reportados que en el resto del mundo, sin contar a China. En este momento, Europa reporta más casos diariamente que China en el peor momento de la epidemia”, dijo el director general de ese organismo, el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus.
«Ningún país puede pensar eso no nos pasará a nosotros, es un error fatal.»
Actualmente, Italia, que declaró el estado de emergencia desde el 31 de enero, tiene el mayor número de casos europeos con más de 15.000 y más de mil muertes. Le sigue España, que septuplicó los casos del domingo a este viernes para alcanzar casi 3000, con 120 muertes. Ese país se encuentra también en estado de emergencia a partir de hoy.
En su conferencia de prensa diaria desde Ginebra, que en esta ocasión fue virtual y sin periodistas en la sala, el doctor Tedros recalcó su exhortación a los países europeos y de todo el mundo a adoptar un enfoque multisectorial que no se limite a implementar sólo algunas de las medidas necesarias para contener la propagación del virus, sino que eche mano de todas las provisiones.
“Ningún país puede pensar eso no nos pasará a nosotros, es un error fatal. Le puede pasar a cualquier país”, recordó.
Reiteró la urgencia de que tanto Gobiernos como negocios e individuos sigan los cuatro puntos básicos de la estrategia recomendada por la OMS: preparación; detección, prevención y tratamiento, reducción y supresión; e innovación y aprendizaje.
Además, llamó a todos los actores sociales a actuar informando y educando a la población para que todas las personas sepan protegerse y proteger a los demás.
Tedros destacó las experiencias de China, Corea del Norte y Singapur, que han logrado revertir el aumento de nuevos casos. “Eso demuestra claramente que si se adopta una posición agresiva para hacer pruebas y rastreo combinada con medidas de distancia social y movilización comunitaria, se pueden prevenir infecciones y salvar vidas.”
Estigma y exclusión, peores que la epidemia
Nadie tiene la culpa de haberse contagiado. Todos debemos rechazar el estigma, no debe tolerarse en ninguna de sus manifestaciones.
Cuando se atraviesan situaciones como la actual, se tiende a señalar a algún grupo, ya sea racial, nacional o religioso, como responsable de los acontecimientos. Esa actitud es discriminatoria, injusta, genera estigma y exclusión, y causa un sufrimiento innecesario.
La doctora Maria Van Kerkhove, directora de la Unidad de Enfermedades Emergentes de la OMS, aseveró que es necesario educar a la población para evitar esos lastres.
“Nadie tiene la culpa de haberse contagiado. Todos debemos rechazar el estigma, no debe tolerarse en ninguna de sus manifestaciones, todos tenemos la responsabilidad de ayudarnos unos a otros, de apoyar, por ejemplo a las personas en cuarentena. Todos podemos hacer algo”, dijo.
El doctor Michael J. Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias de Salud, por su parte, subrayó que igualmente urgente es evitar la exclusión. “No debemos olvidar a los migrantes, a los prisioneros. Ellos también son vulnerables. No debemos dejar a nadie atrás.”
Añadió que la OMS trabaja con la Agencia de la ONU para los Refugiados, para llevar a cabo actividades conjuntas que eviten la propagación y protejan del coronavirus a esos colectivos.
En el mismo renglón, Tedros instó a los líderes religiosos, políticos, sociales y comunitarios a usar su nivel de influencia y desempeñar un mayor papel en el rechazo al estigma y la exclusión.
No actuar: el máximo error
Los expertos coincidieron al decir que es imposible prever cuándo llegará a su peor momento la pandemia, por lo que urgieron una vez más a los Gobiernos y la población a estar preparados.
“No podemos predecir qué pasará, sólo podemos estar listos. Está en las manos de cada país contener y revertir el ritmo de la marea”, insistió Van Kerkhove.
Ryan hizo eco de estas palabras y añadió que lo más importante es tomar medidas inmediatas. “El mayor error es no hacer nada por miedo a una respuesta equivocada. Paralizarse es lo peor”, advirtió.
Indicó, asimismo, que ningún país ha cometido todos los errores ni ninguno ha sido perfecto, pero ello, es necesario aprender de las experiencias de otros países y actuar con rapidez sin esperar a tener la respuesta perfecta.
Van Kerkhove aseveró que un Gobierno está preparado cuando todos sus ciudadanos están bien informados sobre los síntomas del COVID-19 y sobre las medidas de protección personal y comunitaria, si los trabajadores de salud saben qué hacer cuando llega un paciente infectado y, muy importante, si su infraestructura sanitaria cuenta con los suministros y equipo médico necesarios, así como con planes de contingencia ante imprevistos.
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