La vacunación de rutina, la atención para la diabetes, la hipertensión y el VIH, así como la salud materna se han visto afectadas. Los países deben adaptarse y asegurar la continuidad de servicios de salud esenciales junto con la respuesta a la pandemia
Los servicios de salud están siendo interrumpidos en los países de las Américas a medida que los trabajadores de salud son redirigidos para atender pacientes con COVID-19, las personas dudan en buscar atención de rutina debido al temor a infectarse con el nuevo coronavirus, y las cadenas de suministro mundiales de medicamentos y equipos se tensan, dijo hoy la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne.
“Sin médicos y enfermeras disponibles para ofrecer otros servicios esenciales en el primer nivel de atención, incluida la atención relacionada con el embarazo y el manejo de afecciones crónicas como diabetes o enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis y la malaria, estos servicios se ven gravemente afectados o, peor aún, se detienen por completo», explicó Etienne en una conferencia de prensa.
La región «permanece bajo la fuerte presión de esta pandemia. Al 3 de agosto, las Américas tenían más de 9,7 millones de casos y más de 365.000 muertes, y estos números continúan aumentando”, indicó.
«Más de una cuarta parte de los países han suspendido las campañas de vacunación de rutina», y «semanas o meses de interrupción aumentarán el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles por vacunación, revirtiendo nuestras tendencias de larga data en la Región», señaló la directora de la OPS.
En 27 países, se detuvieron la mitad de los programas de diabetes e hipertensión a nivel de atención primaria, según una encuesta, y las visitas relacionadas con el embarazo se redujeron en un 40%. Hoy, 11 países de las Américas tienen menos de tres meses de suministro de antirretrovirales. “Si no se reponen pronto, las personas que viven con el VIH pueden tener que interrumpir su tratamiento. Quedarse sin estos suministros simplemente no es una opción», afirmó Etienne.
Una respuesta prolongada a esta pandemia debe incluir la provisión de otros servicios esenciales para salvar vidas. «Los países deben evitar pensar que deben elegir entre reabrir economías y proteger la salud y el bienestar de sus pueblos», indicó.
La OPS hace un llamado a los países a adaptarse a esta nueva situación para «rediseñar cómo se brinda la atención esencial e invertir en el primer nivel de atención», utilizando la telemedicina, las visitas domiciliarias y los programas de extensión comunitaria para apoyar a las poblaciones vulnerables». Al mismo tiempo, también deben mitigar los efectos de la COVID-19. «Esta no es una opción o la otra, sino que los gobiernos deben lograr ese equilibrio cuidadoso para la salud pública», instó la Directora de la OPS.
“Los países pueden responder a la COVID-19 proporcionando pruebas y seguimiento de contactos, al tiempo que ofrecen otros servicios esenciales como vacunas y apoyo de salud mental. Un enfoque integrado ahorra tiempo y recursos a los pacientes al tiempo que mejora la calidad de la atención que reciben», sostuvo. Las inversiones en atención primaria de salud también mejoran la eficiencia, reducen los costos de atención médica y permiten que los hospitales y las comunidades amplíen su capacidad en otras áreas de atención.
«A medida que continuamos en este camino hacia la salud universal, debemos asegurarnos de que nuestros sistemas de salud sean resilientes y que tengan los recursos, los suministros y el personal de salud que necesitan para combatir una pandemia, al tiempo que mantienen a las personas sanas y protegidas de otras enfermedades, concluyó Etienne.