La comisión regional de las Naciones Unidas se suma al llamado de alzar la voz por la naturaleza. Para enfrentar eficaz y sosteniblemente la pandemia, América Latina y el Caribe debe priorizar soluciones verdes, bajas en carbono, que se centren en las personas y en nuestro planeta.
(5 de junio, 2020) Nuestras sociedades están íntimamente ligadas a la naturaleza, de la que dependen para su seguridad, bienestar, desarrollo y supervivencia. La ciencia ha sido taxativa en mostrar la evidencia. El actual modelo de producción y consumo es insostenible y excluyente, y nos ha llevado a rebasar los límites ambientales del planeta. Además, la pandemia del COVID-19 nos recuerda que cuando destruimos la biodiversidad y los ecosistemas, también destruimos nuestras redes de vida.
El lema del Día Mundial del Medio Ambiente 2020 que se conmemora este 5 de junio, “la hora de la naturaleza”, no puede ser más oportuno. Por ello, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) enfatiza que toda recuperación pasa por la naturaleza y que para actuar por y para ella es imprescindible contar con información, transparencia, participación y rendición de cuentas. Este año, en el que Colombia ejerce de anfitrión global del Día Mundial, nuestra región está llamada a liderar la voz por la naturaleza.
Además, América Latina y el Caribe es una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo. Por ello una adecuada gobernanza es clave para proteger el capital natural de una región que es cada vez más vulnerable al cambio climático y sus efectos. La resiliencia del continente depende en gran medida de la protección de la biodiversidad y, por lo tanto, al ser un bien público global es nuestro deber preservarla para las próximas generaciones, recalca la Comisión.
El Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú), constituye una guía en ese camino hacia un desarrollo más igualitario y sostenible. Al asegurar el derecho de las generaciones presentes y futuras al medio ambiente sano y al desarrollo sostenible a través del acceso a la información, la participación y la justicia, el Acuerdo de Escazú pone a las personas y a la naturaleza en el centro.
“Estamos ante una oportunidad única para rediseñar nuestra relación con la naturaleza. La recuperación debe ser verde, o no durará. Será por y para las personas, o no será. El Acuerdo de Escazú es la herramienta que tiene América Latina y el Caribe para incorporar a las personas y la sostenibilidad en nuestras decisiones y trabajar conjuntamente en soluciones basadas en la naturaleza,” señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
Para acercar el Acuerdo de Escazú a los tomadores de decisión y al público en general, así como analizar su interacción con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la CEPAL, la Comisión Económica para Europa (CEPE) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Ambiente), ponen a disposición del público en general el curso en línea “Curso introductorio sobre el ODS 16 y los derechos de acceso, la Convención de Aarhus y el Acuerdo de Escazú”, elaborado en el marco de la Iniciativa InforMEA (Red de Acuerdos Ambientales Multilaterales de las Naciones Unidas), de la que el Acuerdo de Escazú es parte. A través de dicho curso, los usuarios podrán conocer más en detalle la esencialidad de sociedades pacíficas, justas, inclusivas y de instituciones fuertes y responsables para alcanzar la sostenibilidad ambiental del desarrollo.
Más información en http://www.cepal.org/acuerdodeescazu.