Washington DC, (OPS)- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) junto a expertos de los programas de farmacovigilancia de siete países de las Américas (Chile, Costa Rica, Colombia, Cuba, El Salvador, México y Perú) está desarrollando un protocolo para determinar las notificaciones de sospecha de reacciones adversas a medicamentos y productos utilizados sin evidencia robusta para tratar o prevenir la COVID-19 en dichos países.
El protocolo consolidará y clasificará las notificaciones de sospecha de reacciones adversas recibidas por los programas de farmacovigilancia de los países participantes entre el 1 de marzo de 2020 y el 31 de agosto de 2020. En varios casos se han incorporado antimicrobianos a la práctica de tratamiento a las personas infectadas por la COVID-19.
Asimismo, analizará la gravedad y frecuencia de los eventos reportados y se establecerán las diferencias en los medicamentos utilizados en las indicaciones habituales y en el contexto clínico de la COVID-19. Los resultados del análisis se compararán con lo documentado en ensayos clínicos y lo reportado en estudios específicos de farmacovigilancia en la COVID-19.
Los medicamentos y productos seleccionados como parte del protocolo se seleccionaron a partir de recomendaciones de las autoridades sanitarias o reguladoras nacionales; de guías de manejo de las sociedades científicas y otras fuentes de los países participantes; del Documento “Actualización continua de las terapias potenciales para COVID-19: Resumen de revisiones sistemáticas rápidas” publicado por la OPS regularmente (OPS, 2020) y por recomendaciones emitidas por dos agencias sanitarias de referencia: la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés).
Las conclusiones de esta iniciativa apoyarán la toma de decisiones informadas particularmente respecto a la magnitud de los problemas de seguridad en el uso de tratamientos propuestos para la COVID-19.
Ante la actual pandemia por COVID-19, las actividades de farmacovigilancia en las Américas han cobrado relevancia para el éxito de las iniciativas en salud. Esta iniciativa contempla el monitoreo de la seguridad de todas las intervenciones terapéuticas avaladas por los sistemas sanitarios para afrontar la pandemia, vigilando los desenlaces no deseados en pacientes con diagnóstico confirmado o sospechoso por COVID-19 tratados en cada país. El protocolo se finalizará en los próximos meses.