El subsecretario general adjunto de la ONU y director regional de América Latina y el Caribe, Luis Felipe López-Calva, analiza cómo las medidas de contención del virus afectan más a las personas más vulnerables en nuestra región.
Uno de los pilares de las políticas de contención para restringir la propagación de COVID-19 es alentar a las personas a quedarse en casa.
Sin embargo, en América Latina y el Caribe, una región con altas tasas de pobreza donde más de la mitad de la fuerza laboral está empleada en el sector informal, quedarse en casa representa un desafío aún más difícil para muchos porque simplemente no pueden permitirse quedarse en casa y no generar ingresos.
Los cambios generales más grandes en los patrones de movilidad se han producido en Bolivia, Aruba, Colombia, Argentina, Ecuador, y los cambios generales más pequeños se han producido en México, Trinidad y Tobago, Nicaragua y Haití.
A nivel de políticas, esto sugiere que para que las medidas de contención sean exitosas, se debe considerar una compensación a aquellos que no pueden generar ingresos, particularmente en contextos de alta pobreza y alta informalidad.
Foto: CINU México/ Alexis Aubin
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