Equipos sanitarios liderados por doctoras mexicanas ofrecen supervisión médica continua a las personas migrantes que se encuentran en dos alojamientos temporales habilitados en hoteles de Ciudad Juárez y Tijuana, para prevenir contagios de COVID-19 entre la población migrante y comunidades de acogida.
“Hemos hecho énfasis en que lo que hacemos es un beneficio para la comunidad: las personas migrantes han sufrido como muchos de nosotros con esta pandemia y con este apoyo, nos aseguramos de que no andan en la calle”, afirma Leticia Chavarría Villa, una doctora que coordina un equipo médico de seis personas en Ciudad Juárez.
Sus compañeros son en su mayoría migrantes cubanos que se encontraban en esta urbe fronteriza y que se presentaron a una convocatoria abierta para ser asistentes médicos, explica Chavarría Villa, una doctora mexicana con más de 30 años de experiencia profesional en su natal Ciudad Juárez.
La galena explica que los equipos de salud que ha montado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en sendos hoteles habilitados en Ciudad Juárez y en Tijuana durante la contingencia por COVID19 son “muy importantes” porque permiten también atender otro tipo de enfermedades o lesiones que traen las personas migrantes.
“El equipo de salud no nada más hace su servicio al recibir al migrante en el ingreso. Se les revisa dos veces al día” (…) Si es necesario darles tratamiento, se les da tratamiento. Nosotros nos encargamos de darles tratamiento”, agrega.
Chavarría explica que los “hoteles filtro” como en el que trabaja sirven para “apoyar a las personas migrantes que no tienen un espacio para pasar una cuarentena en un momento en que todo el mundo debe estar en aislamiento”.
Así, tras pasar dos semanas en observación en los alojamientos temporales, las personas migrantes sin síntomas de COVID-19 son recibidas en albergues, en un momento en que la mayoría de estos lugares han cerrado sus puertas para proteger a quienes ya se encuentren en ellos.
El protocolo de los “hoteles filtro” establece que al ingresar se haga una revisión médica y las personas migrantes contestan a un cuestionario que revela si tienen diabetes, hipertensión, alguna lesión o herida, diarreas, gastritis u otros problemas gástricos, así como posibles síntomas de COVID19.
Una vez acceden al hotel el personal médico realiza dos veces al día una revisión para detectar posibles síntomas relacionas con COVID-19, y se les miden niveles de oxígeno,
temperatura corporal y otros indicadores, como la glucosa entre los diabéticos, y se les brinda apoyo psicosocial si lo requieren.
Para la enfermera Mary Tisnado, quien trabaja en el hotel de alojamiento temporal de Tijuana desde que comenzó a funcionar, el 29 de junio, el papel que desempeña este centro es fundamental.
“Estamos en la prevención de la pandemia. Somos el primer filtro. Canalizamos los casos y protegemos a otras personas”, agrega la enfermera mexicana. Tisnado asegura que, para la supervisión que realizan, el personal sanitario que trabaja en el hotel cuenta con “todo el equipo necesario” para protegerse y para detectar a cualquier persona que les llegue con los síntomas del COVID.
En ambos casos los hoteles de alojamiento temporal cuentan con el respaldo de más de treinta instituciones en cada ciudad, entre autoridades, empresas privadas, organizaciones internacionales y de sociedad civil, y se mantiene un contacto con los ciudadanos de las comunidades donde se encuentran.
Para Esmeralda Siu, coordinadora operativa de la Coalición Pro-Defensa del Migrante, una red de organizaciones civiles con sede en Baja California que asesoran y defienden los derechos humanos de las personas migrantes, los alojamientos temporales atienden “una necesidad que se ha estado manifestando” en los últimos meses en el norte de México, y ayudan a “tener un poco de tranquilidad, porque la seguridad es imposible” de manera completa frente a COVID-19.
“Creo que son espacios muy importantes y bien necesarios dado la pandemia y las necesidades de las personas migrantes. Por aislamiento y cuarentena los albergues de BC no han tenido la apertura de nuevos ingresos”, agrega la activista.
La OIM considera que enfermedades como la COVID-19 representan un riesgo para millones de personas en todo el mundo independientemente de su nacionalidad, y sostiene que la mejor manera de mitigar los riesgos que entrañan es desde la solidaridad, y mediante enfoques incluyentes con las personas en movilidad, en el caso de los migrantes, brindándoles acceso a los servicios y la atención con independencia de cuál sea su estatus migratorio.