En el informe del Secretario General «El impacto del COVID-19 en América Latina y el Caribe», la ONU prevé que 45 millones de personas caigan este año en la pobreza. António Guterres, pidio medidas inmediatas y a largo plazo para los más vulnerable, y reconstruir una economía más igualitaria que impulse el crecimiento y el bienestar de toda su población.
Foto: CINU/Alexis Aubin
El Secretario General de las Naciones Unidas subrayó el escenario regional durante la presentación este jueves de su Informe de Políticas sobre el Impacto del Coronavirus en América Latina y el Caribe, que prevé la mayor contracción económica de la región en un siglo.
Para António Guterres, las provisiones para capear esta crisis deben diseñarse con la meta de transformar el modelo de desarrollo vigente y reconstruir una economía más igualitaria que impulse el crecimiento de la región y el bienestar de toda su población.
En un mensaje de video, el líder de la ONU dijo que en una región en la que los niveles de desigualdad se han vuelto ya insostenibles, se deben “desarrollar sistemas integrales de bienestar social accesibles para todas las personas”.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) coincidió con el Secretario General en la urgencia de transformación del modelo económico de la región “más desigual del mundo” a la luz de la pandemia.
“América Latina y el Caribe es una región que ya venía por siete años con un crecimiento muy bajo y con brechas estructurales de un modelo de desarrollo insostenible que se han exacerbado por una muy débil protección social, sistemas de salud fragmentados y profundas desigualdades. Entonces, la pandemia nos encuentra en un momento muy difícil”, explicó Alicia Bárcena.
Según las proyecciones de la CEPAL, el decrecimiento del Producto Interno Bruto latinoamericano alcanzará un 9,1% este año y el impacto social de esta caída será muy agudo.
El desempleo, la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad aumentarán de forma importante en una región donde la inequidad ya era profunda antes de la crisis, apuntó Guterres.
Se estima que de 2019 a 2020, el desempleo pasará de 8,1% a 13,5%, es decir, que habrá más de 44 millones de personas sin trabajo.
La tasa de pobreza subiría un 7% para llegar a 37,2% de la población, es decir 230 millones de personas vivirán en situación de pobreza, mientras que 96 millones estarán en condiciones de pobreza extrema, tras un incremento de 4,5%.
Estos datos provocarán un alza de 4,7% en el índice de Gini, el indicador para medir la desigualdad.
António Guterres subrayó que estos retrocesos ocurrirán en una región en la que apenas el 34,2% de las personas de más bajos ingresos cuenta con una cobertura de salud.
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El informe «El impacto del COVID-19 en América Latina y el Caribe» se puede consultar aquí: