El urbanismo táctico es un elemento clave en la recuperación de Covid-19. Es una herramienta para implementar acciones emergentes y de bajo costo para adecuar los espacios públicos en el marco de la nueva normalidad en las ciudades.
Nairobi, 31 de junio de 2021 (ONU Hábitat) — En ONU-Habitat consideramos al espacio público como un activo clave para el funcionamiento de la ciudad, ya que bien diseñado y gestionado tiene un impacto positivo en su economía, medio ambiente, seguridad, salud, integración y conectividad, por lo tanto, la calidad de vida de las personas en las ciudades está directamente relacionada con el estado de sus espacios públicos.
La existencia de espacios públicos adecuados mejora la cohesión de la comunidad, la identidad cívica y aporta elementos para la sostenibilidad ambiental y económica de las ciudades.
Urbanismo táctico y placemaking: estrategias para la mejora y recuperación de espacios públicos
El urbanismo táctico es un proceso colaborativo para recuperar el espacio público y maximizar su valor compartido. Se realiza a través de intervenciones ligeras, de bajo costo y rápida implementación para explorar alternativas de mejora de los espacios. Si las intervenciones traen benficios y cambios positivos para la población, podrían realizarse de manera permanente.
La implementación de intervenciones de urbanismo táctico se asocia al concepto «Placemaking» en inglés, que podría traducirse al español como “Hacer lugares”.
La pandemia es una oportunidad para repensar el espacio público
En términos de espacio público, la pandemia, ha repercutido de forma significativa en la forma de vivir y disfrutar las ciudades pues, ante la necesidad de atender los brotes de la enfermedad y evitar contagios, algunas de las principales estrategias implementadas han sido las medidas de resguardo en casa, distanciamiento físico y limitación de la movilidad urbana.
Conforme estas medidas se fueron implementando, la realización de actividades al aire libre se limitó a lo más esencial y los espacios públicos se fueron quedado vacíos, muchos parques y espacios recreativos fueron cerrados, al tiempo que las actividades económicas y comerciales fueron suspendidas; como resultado, la vida pública, las relaciones sociales y la convivencia urbana, se vieron severamente impactadas.
Hoy en día muchas ciudades alrededor del mundo, se encuentran en un proceso de adaptación y transición en el que paulatinamente las estrategias de confinamiento se comenzarán a levantar, dando pie a un escenario de “nueva normalidad urbana” en el cual se prevé la continuidad de las actividades económicas, el trabajo, la movilidad bajo nuevas condiciones de higiene, cuidado y protección.
Frente a esto, se abre la posibilidad de realizar cambios estructurales en la forma de gestionar, diseñar y habitar las ciudades en el futuro. En este contexto, diversas discusiones han llegado a la conclusión de que los espacios públicos deben ser un elemento central de la recuperación post-pandemia.
Estudios han demostrado que la probabilidad de transmisión del COVID-19 se disminuye manteniendo un distanciamiento físico de al menos 1.5 metros entre personas. En este sentido, el urbanismo táctico ha demostrado ser una herramienta de gran utilidad para redistribuir el uso de las vialidades, asignar más espacio a las aceras, andadores y ciclovías promoviendo la movilidad peatonal o no motorizadaen respuesta a las necesidades de la nueva normalidad.
En ONU-Habitat reconocemos que los gobiernos municipales están en el nivel más cercano de atención de las necesidades de las personas y son un actor crítico en la primera línea para la implementación de acciones de previsión, prevención, mitigación y recuperación del espacio público en consonancia con la Agenda 2030.