Se espera que se necesiten decenas de miles de trabajadores de salud más para las unidades de cuidados intensivos en América Latina y el Caribe. OPS dona suministros y ayuda a desplegar equipos médicos y a aumentar la producción local de oxígeno
Washington, D.C.,(OPS) — Ante la inminente necesidad de aumentar la fuerza laboral en salud y los suministros de oxígeno «peligrosamente bajos» para atender las necesidades de pacientes con COVID-19, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está reforzando las subvenciones y la cooperación técnica a los países de América Latina y el Caribe, informó hoy la directora de la OPS, Carissa F. Etienne.
«El aumento de las hospitalizaciones (por COVID-19) en toda nuestra región está provocando un desafío sin precedentes en el suministro de oxígeno», afirmó la doctora Etienne durante una sesión informativa. Como respuesta, la OPS apoya a los países a aumentar la producción de oxígeno y a donar suministros vitales, incluyendo 7 mil oxímetros de pulso y casi 2 mil compresores de oxígeno.
«Estamos trabajando conjuntamente con los ministerios de salud, especialmente en lugares altamente afectados, como Bolivia y Antigua y Barbuda, para ayudar a los países a rediseñar sus modelos de atención y actualizar sus directrices clínicas con el fin de optimizar los recursos disponibles y asegurar que más pacientes reciban el oxígeno que necesitan», destacó la directora de la OPS.
Al mismo tiempo, la OPS ha contribuido al despliegue de 26 equipos médicos de emergencia en 23 países de la región. «Se han establecido alrededor de 400 equipos médicos de emergencia y sitios de atención médica alternativa, para apoyar a nuestros países a ampliar su capacidad, con 14 mil nuevas camas de hospital y 1.500 camas más de cuidados intensivos», añadió.
Sin embargo, teniendo en cuenta la actual propagación de la enfermedad, se anticipa que se requieran unos 50 mil profesionales de la salud adicionales (entre personal médico -20 mil – y de enfermería -30 mil -) para gestionar las necesidades de las unidades de cuidados intensivos de aproximadamente la mitad de los países de América Latina y el Caribe, según detalló Etienne.
A propósito del Día Internacional de las Enfermeras y Enfermeros, que se celebra hoy, la doctora Etienne llamó a mejorar la respuesta a la COVID-19 y «reconstruir mejor» después de la pandemia, invirtiendo en estos profesionales de la salud y garantizando que tengan las «herramientas, la formación y los recursos que necesitan para hacer su trabajo con seguridad».
«Honremos el trabajo, sacrificio y contribuciones del personal de enfermería de las Américas, quienes están ayudando a proporcionar atención vital a personas con COVID-19», continuó. Desde el comienzo de la pandemia, el número de trabajadores de la salud que se han infectado con COVID-19 en América Latina y el Caribe ha ascendido a por lo menos 1,8 millones. Unos 9 mil han muerto a causa del virus, la mayoría de ellos enfermeras y enfermeros.
Información reportada por 18 países de la región muestra que alrededor de 1,5 millones de trabajadores de salud ya han completado sus esquemas de vacunación contra la COVID-19.
«Instamos a los países a que aprovechen al máximo las dosis de vacunas limitadas protegiendo en primer lugar a los trabajadores de salud, incluyendo a los 8,4 millones de enfermeras y enfermeros que trabajan en nuestra región», subrayó Etienne.
En cuanto a la propagación del virus, la directora de la OPS señaló que ésta se está acelerando en las zonas fronterizas de varios países. En América Central, se registra un aumento de la infección a lo largo de regiones de Honduras y Costa Rica que limitan con Nicaragua, así como en regiones fronterizas de Guatemala y El Salvador. En Sudamérica, los casos van en aumento en zonas de Bolivia y Guyana que limitan con Brasil.
En Colombia, donde las infecciones llevan semanas en ascenso, se espera un incremento acelerado tras una semana de protestas. Cuba está impulsando la tendencia al alza de infecciones en la región del Caribe, aunque países de menor tamaño como Trinidad y Tobago, están experimentando incrementos significativos.
En total, 1,2 millones de personas se infectaron de COVID-19 en la última semana en las Américas, y casi 34 mil perdieron la vida a causa de la enfermedad. La continua propagación está ejerciendo una intensa presión sobre las unidades de cuidados intensivos.
«A lo largo de nuestra región, casi el 80% de las unidades de cuidados intensivos están repletas de pacientes con COVID-19, y las cifras son aún más dramáticas para ciertos lugares», recalcó Etienne. «En Chile y Perú, el 95% de las camas de las unidades de cuidados intensivos están ocupadas, la mayoría por pacientes con COVID-19. Buenos Aires, donde el 96% de estas camas se encuentran en uso, acaba de intensificar las restricciones para evitar el colapso de los hospitales. Algunas zonas de Brasil tienen listas de espera».
La directora de la OPS señaló que «a lo largo de esta pandemia hemos visto lo que ocurre cuando los países restan prioridad a los sistemas sanitarios. No importa si se trata de la escasez de equipo de protección personal, de camas en las unidades de cuidados intensivos, de oxígeno o de personal sanitario, los países se están viendo obligados a actuar rápidamente para compensar años de falta de inversión. Y mientras han ampliado drásticamente su capacidad de atención de salud en tan sólo unos meses, nuestros trabajadores de salud siguen sintiendo la presión de esta pandemia,» lamentó.