La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está colaborando estrechamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) para ayudar a los países miembros y a la comunidad científica a identificar los posibles animales huéspedes de este virus y reducir el contagio en los seres humanos. Sin embargo, el mayor riesgo de propagación del COVID-19 reside actualmente en la transmisión entre humanos y este brote requiere acciones coordinadas y determinación para contener la propagación del virus a nivel nacional, regional y mundial. La OMS es la máxima autoridad y la principal fuente de información sobre los aspectos de este brote relacionados con la salud humana.
¿Qué está haciendo la FAO con respecto al brote actual?
Evaluar la situación y compartir información
La FAO está evaluando y compartiendo información sobre la situación de la enfermedad a través de sus sistemas de prevención de emergencias y del consejo de sus expertos sobre medidas de prevención y control en apoyo a los servicios veterinarios.
Coordinación de la acción con sus asociados
La FAO está coordinando las actividades de prevención, preparación y detección en los animales, en colaboración con la OMS y la OIE, utilizando el enfoque de Una salud. La visión de Una Salud supone una fuerza integradora para salvaguardar la salud humana y animal, reducir las amenazas de enfermedades y garantizar un suministro de alimentos inocuos mediante una gestión eficaz y responsable de los recursos naturales. En particular, la FAO ha activado un grupo de coordinación de incidentes que reúne a especialistas mundiales, regionales y nacionales para examinar la situación y garantizar la coordinación de las tareas de concienciación y otro tipo de actuaciones.
La FAO forma parte del grupo asesor externo de la OIE sobre vigilancia animal encargado del COVID-19 y colabora con sus centros de referencia y redes de laboratorios en Asia para fortalecer la detección en laboratorio además de proporcionar orientación y capacitación sobre bioinocuidad y bioseguridad.
Refuerzo de la preparación
La División Conjunta de la FAO y la División de Técnicas Nucleares de la Agencia Internacional de Energía Atómica para la Alimentación y la Agricultura está trabajando, a través de su red de laboratorios de diagnóstico veterinario en 64 países, para garantizar la disponibilidad para detectar rápidamente el SARS-CoV-2 (el virus) en animales y para realizar una vigilancia exhaustiva de la circulación de virus en el medio ambiente. Esto incluye proporcionar kits de diagnóstico de emergencia y cursos de capacitación para expertos veterinarios y médicos en África y Asia. La capacitación cubrirá el conocimiento científico y la experiencia práctica en el uso de tecnologías nucleares como parte de la respuesta a los brotes.
En sus esfuerzos por informar una respuesta que pueda aliviar los efectos de la epidemia, la FAO está proporcionando equipamiento y destinando expertos para apoyar las investigaciones en curso y las evaluaciones de los medios de vida basados en la agricultura.
La FAO lista para apoyar a los países en sus esfuerzos por fortalecer la higiene en materia alimentaria. Si bien no se considera que el COVID-19 sea una enfermedad transmitida por los alimentos, las buenas prácticas habituales en cuanto a la manipulación de animales y la buena higiene de los alimentos en toda la cadena alimentaria son esenciales para la salud pública y ayudarán a prevenir y controlar las enfermedades infecciosas.
Mensajes clave
- Si bien actualmente se especula sobre el probable origen animal del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), hasta la fecha la propagación y desarrollo de la presente epidemia humana se deben a la transmisión entre humanos.
- En este momento no hay evidencias de que los perros puedan tener un papel en la propagación del COVID-19. Como práctica general, se recomienda lavarse siempre las manos antes y después de interactuar con cualquier tipo de animal.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) es la máxima autoridad y la principal fuente de información sobre los aspectos de este brote relacionados con la salud humana.
- La carne de ganado sano adecuadamente cocinada continúa siendo inocua para el consumo.
- La población no debe manipular, sacrificar, condimentar, vender, preparar o consumir carne de animales silvestres o ganado enfermos o que hayan muerto por causas desconocidas. No se debe consumir carne cruda de animales silvestres o platos no cocinados elaborados con su sangre. Estas prácticas hacen que la población corra un riesgo elevado de contraer diversas infecciones.
- Se debe informar a las autoridades de sanidad animal sobre cualquier morbilidad o mortalidad animal inusual.
- La FAO participa plenamente en la coordinación multisectorial a nivel nacional, regional e internacional mediante la activación de un Grupo de Coordinación de Incidentes de la propia organización.
- La FAO está trabajando con sus asociados para ayudar a los estados Miembros y a la comunidad científica a identificar los posibles animales hospedadores de este virus y reducir el contagio en los seres humanos.